jueves, 31 de enero de 2013

096 MITOLOGIA (Conejo de la nieve)

MITOLOGIA JAPONESA
Conejo de la nieve.

Son la contraparte de los muñecos de nieve occidentales. Se hace un óvalo con nieve y se lo pone en el suelo, se le agregan ojos de nuez de bambú y orejas con hojas de la misma planta. La leyenda cuenta que al derretirse el conejo se va a la luna y se convierte en un cráter. Además, para los japoneses las sombras de la luna no forman una cara, sino un conejo que hace bolitas de arroz.

viernes, 25 de enero de 2013

095 GEISHA (historia)

 

GEISHA (historia)

Las geishas 芸者 se originaron como profesionales del entretenimiento; originalmente eran hombres y mujeres. Mientras las cortesanas profesionales brindaban entretenimiento sexual, las geishas usaban sus habilidades en distintas artes japonesas, música, baile, y narración. Las geishas de ciudad (machi) trabajaban independientemente en fiestas fuera de los "barrios de placer", mientras que las de barrio (kuruwa) lo hacían dentro de éstos. Al declinar el nivel artístico de las cortesanas, las geishas, hombres y mujeres, tuvieron mayor demanda. Los geisha masculinos (algunas veces conocidos como hōkan) comenzaron a declinar, y para 1800 las geishas femeninas (conocidas originalmente como onna geisha, literalmente geisha mujer) los superaron en número de tres a uno, y el término "geisha" comenzó a usarse para referirse a las mujeres con habilidades para el entretenimiento, como hoy en día.

Tradicionalmente, las geishas comenzaban su entrenamiento a una corta edad. Algunas jóvenes eran vendidas a las casas de geishas en su niñez, y comenzaban su entrenamiento en varias artes tradicionales casi inmediatamente.

Durante su niñez, las geishas a veces trabajaban como criadas o asistentes de las más experimentadas, y luego como aprendices de geisha (maiko) durante su entrenamiento. Esta tradición de entrenamiento existe en otras disciplinas de Japón, el estudiante deja su hogar, comienza a hacer trabajos en casa de sus maestros y asistirlos, para eventualmente y con el paso del tiempo convertirse en uno.

Las geishas modernas aún viven en tradicionales casas de geisha llamadas okiya en áreas denominadas hanamachi (花街 "pueblos de flores") durante su aprendizaje, pero muchas geishas experimentadas eligen vivir en sus propios apartamentos. La elegante y alta cultura en la que viven las geishas se llama karyūkai (花柳界 "el mundo de las flores y sauces").

Las jóvenes con aspiraciones a geisha comienzan su entrenamiento después de completar los primeros años de secundaria o incluso en secundaria o estudios superiores. Las geishas aún estudian instrumentos tradicionales como el shamisen , shakuhachi (尺八) (flauta de bambú), y tambores, al igual que canciones tradicionales, baile japonés clásico, ceremonia del té, ikebana (arreglos florales), literatura y poesía. Mirando a otras geishas, y con la ayuda de las dueñas de las casas de geishas, las aprendices se vuelven habilidosas en la compleja tradición de elegir y usar kimono, y en el tratar con los clientes. Kioto mantiene fuerte la tradición de las geishas, y dos de los más prestigiosos y tradicionales distritos de geishas, Gion y Pontochō, están en esa ciudad. Las geishas de estos distritos son conocidas como geiko. Los hanamachi de Tokio, Shimbashi, Asakusa y Kagurazaka son también bastante conocidos.

En el Japón moderno, las geishas y maiko son bastante inusuales. En los años 1920 había alrededor de 80.000 geishas en Japón, pero hoy en día solo hay aproximadamente 1.000. De todas maneras, en el distrito Gion de Kioto, los visitantes pueden observar algunas maiko por las calles yendo o regresando de una cita. Una lenta economía, pocos intereses en las artes tradicionales, la inescrutable naturaleza del mundo de las flores y sauces, y el costo de este servicio han contribuido en que la tradición decline.

Las geishas son contratadas para asistir a fiestas y encuentros, tradicionalmente en casas de té o tradicionales restaurantes japoneses (riotei). Su tiempo es medido según lo que se demora un palo de incienso en consumirse, y es llamado senkodai ("palo de incienso tarifario") o gyokudai ("joya tarifaria"). Otro término para trazar la tarifa es "ohana", o flores tarifarias. El cliente hace el convenio a través del sindicato de geishas (検番 kenban), que mantiene el horario de cada geisha y hace sus citas de entretenimiento o entrenamiento.

martes, 22 de enero de 2013

094 HAIKU (Invierno)

Iuki furu yo
Shooji no ana o
Mite areba

Se ve nevar
Por el agujero
De la puerta.

Masaoka Shiki

viernes, 18 de enero de 2013

093 SINTOISMO


SINTOISMO

País de contrastes y abiertamente inclinado a adoptar algunos elementos de las culturas foráneas, Japón ha basculado siempre entre su propia religión, el sintoísmo, y las influencias externas.

En japonés, "sintoísmo" significa "el camino de los dioses". Los orígenes del sintoísmo se remontan a la Edad Antigua, cuando todavía era un culto a los fenómenos naturales (las tormentas, las montañas, el Sol, la Luna o los ríos), que los creyentes identificaban con unas deidades llamadas kami.

A partir del siglo VI de nuestra era, la religión nacional de Japón empezó a recibir la influencia, a través de China, del taoísmo, el confucianismo y el budismo; esta última religión, además de condicionar muchos aspectos del culto sintoísta posterior, constituyó una vertiente nueva y propia de las islas, el budismo zen; éste, en las últimas décadas, suscita el interés occidental por la sencillez de sus ritos y el atractivo de sus artes y técnicas de meditación.

El sintoísmo popular, con la influencia extranjera y, a la vez, con el nacionalismo japonés, se convirtió en la religión del Estado y, pese a esta condición, tras la segunda guerra mundial ha mantenido su estatus en la mayoría de japoneses que, aunque no crean en los kami, siguen dedicándoles ofrendas.

El camino espiritual

El sintoísmo a menudo se entiende como la "vía" que permite a la sociedad japonesa unirse en valores y actitudes, y en la que los mitos y las prácticas religiosas son elementos unificadores. El sintoísmo no tiene ni un creador ni una colección de textos religiosos ni un cuerpo fijo o consensuado de doctrina. Esta creencia se remonta a una concepción animística del mundo, asociada con el culto tribal de las deidades del clan.

El sintoísmo, o shintoísmo, es una religión primitiva y popular de Japón, llamada así en el siglo VIII para distinguirla del budismo, del que posteriormente incorporó muchos rasgos. Surgió del culto a la naturaleza de las religiones populares, y esto se refleja en ceremonias que invocan a los poderes misteriosos (espíritus o deidades) de la naturaleza (kami) para recibir un trato benevolente y protección. La naturaleza está habitada por una cohorte infinita de esas deidades o espíritus, y la vida humana se halla íntimamente vinculada a sus pensamientos y acciones. Por tanto, la religión sintoísta es una combinación de adoración a la naturaleza y culto ancestral, y en la mayoría de casos el mito-naturaleza es inseparable de la naturaleza relativa a la deidad ancestral y de su adoración.

Los mitos fundamentales del sintoísmo japonés están recogidos en el Kojiki (escrito en el 712) y el Nihongi (escrito en el 720). Describen la creación del cosmos, a partir del caos, en forma oval que después se separó. Durante la subsiguiente época mitológica de los dioses, se formaron el mundo y sus kamis. Una sucesión de siete generaciones de divinidades fue el resultado del matrimonio de un kami Izanagi masculino y un kami Izanami femenino, y juntos crearon el mundo terrestre con el agua, las montañas y otros elementos naturales. En este contexto, la muerte quedaba marginada como mal que obstaculiza la vida y era alejada mediante ritos de purificación. También crearon las islas japonesas como rasgo especial. De Izanagi e Izanami desciende la diosa solar Amaterasu, que dio origen al linaje imperial de Japón. Los mitos sintoístas fundamentales resumen así el origen divino de Japón, de sus emperadores y de sus súbditos, y realzan el significado de las divinidades o kamis, que son la base de la tierra japonesa y de sus habitantes.

En los primeros siglos del primer milenio, el budismo se extendió por todo el Japón y absorbió las creencias locales. De este modo, los "espíritus" fueron considerados como "budas" e incorporados al budismo. Sin embargo, a finales del siglo XIX y principios del XX, los estudiosos en la materia redescubrieron los textos antiguos y empezó el renacer del sintoísmo clásico. El país miró hacia su pasado mítico para construir una nación fuerte y orgullosa.

Los santuarios sintoístas japoneses son de diferentes tamaños y figuras. En el nivel más bajo están los santuarios de los hogares, que con frecuencia son "estanterías del dios" (kamidama), en las que se depositan los kamis. Se disponen en las habitaciones de muchas casas y en otros lugares, por ejemplo, las tiendas.

Los santuarios sintoístas más grandes suelen contar en su recinto con un arco de entrada o torii donde se lavan las manos y se enjuaga la boca, una sala en la que los sacerdotes dirigen el culto y una sala kami hacia la que se dirige éste y en la que están colocados los símbolos del kami, como una espada o un espejo. Los grandes santuarios, como el dedicado a la diosa Amaterasu en Ise, tienen renombre a nivel nacional.

A medida que el sintoísmo se aproximaba al budismo, los santuarios se vieron influidos por elementos budistas, pero después de la restauración Meiji de 1868, estuvieron controlados por el gobierno japonés. Tras el derrumbamiento de 1945, los santuarios recuperaron el control. La tradición todavía ocupa un lugar significativo en la vida japonesa.

El culto sinto (o matsuri) se practica tanto en el ámbito público (templos) como en el privado y gira en torno a los hechos de la vida cotidiana, la familia o la comunidad. El culto sintoísta se resume en la palabra matsuri (festividades). El matsuri implica servir al kami o a la autoridad, lo cual supone una actitud de respeto y obediencia. En público, el matsuri se expresa en forma de festividad en la que el kami es recibido como un invitado al que se reverencia con actos de agradecimiento.

Existe un ritual muy elaborado para entrar en un templo. El camino hacia un templo sintoísta está marcado por un torii. Simbólicamente, separa el lugar sagrado que rodea al templo del mundo exterior profano. A menudo, los torii están bastante alejados del templo.

En las proximidades del templo, antes de la entrada, hay un estanque u otro tipo de balsa sobre la que se erige un puente sagrado. Éste, al igual que el torii, separa el mundo sagrado del templo del mundo profano exterior. Muchos templos sintoístas eran áreas sagradas a cuyo alrededor se distribuían objetos sagrados, como árboles, estanques o piedras y en la actualidad, en la mayoría de los casos, se han convertido en bosques a lo largo de todo el territorio japonés.

Los templos acogen a uno o más kamis o divinidades. Son visitados durante todo el año y especialmente atraen a numerosos seguidores los días festivos. Como acto religioso también destacan las peregrinaciones para pedir algún favor a las deidades.

martes, 15 de enero de 2013

092 KARATE DO (consideraciones sobre su origen)


KARATE-DO:
Algunas consideraciones sobre sus orígenes

El gran auge que en nuestro país tuvo el Karate durante los años setenta, dio lugar a la publicación de muchas obras sobre el tema. La mayoría de ellas de autores extranjeros que en algunos casos posiblemente aportaron poco mas que su nombre a los contenidos. De aquella época aún conservo con cariño mis primeros libros sobre Karate, que son ya casi reliquias, y que comparados con las excelentes publicaciones actuales nos parecen ingenuos intentos de explicar este arte que nos era prácticamente desconocido. Pero incluso ahora, al releerlos se pueden encontrar indicaciones y explicaciones de indiscutible interés, como ocurre por ejemplo, en los textos del desaparecido maestro R. Thomas.

Invariablemente aparecía en casi todos ellos, a modo de introducción, una escueta historia, o mas bien “historieta”, sobre el origen del Karate, sin duda elaborada a partir de los casi inexistentes datos de que se disponía por entonces sobre la historia del reino de Ryukyu. Quizás de esta época, y de estas “introducciones históricas”, quedó como sustrato la simplista explicación que frecuentemente aún se da sobre el origen del Karate en Okinawa, y que suele ser utilizada como para salir del paso cuando se nos plantea esta cuestión. En ella se argumenta que el origen del Karate está ligado a dos hechos fundamentales en la historia del reino de Ryukyu: Las prohibiciones de utilización de armas y la ocupación del clan Satsuma.

En relación a los hechos anteriores, tampoco es inusual, el que se atribuya la formación del Karate, al menos en sus más antiguos antecedentes, al pueblo llano, compuesto fundamentalmente por marinos, pescadores y agricultores.

En esta breve revisión histórica analizaremos estas afirmaciones, que aún no siendo totalmente falsas, necesitan de una visión mas matizada y acorde con la realidad histórica.

A principios del siglo XV el rey Sho Hashi unifica los tres reinos en que estaba dividida Okinawa, creando la Primera Dinastía Sho del reino de Ryukyu. Este reino de carácter feudal mantenía un delicado e inestable equilibrio de fuerzas entre los diversos jefes locales (aji) que al romperse provocaría los desórdenes políticos que dieron lugar en 1469, a la toma del poder por parte de Sho En, iniciador de la Segunda Dinastía Sho de Ryukyu.

La primera orden de prohibición de armas fue dictada por su hijo, el rey Sho Shin en 1490, como una de las medidas que tomó encaminadas a mantener un sólido gobierno. Se almacenaron las armas recogidas a la población y sobre todo a los aji, siendo el desarme de estos últimos el principal objetivo de esta medida. A estos jefes locales se les obligó además a residir en Shuri, la nueva capital. El ejército del reino era así la única fuerza militar armada efectiva en la isla, manteniéndose para el control de revueltas internas propiciadas por los aji y para la protección de las islas del archipiélago contra los waku, piratas provenientes del sur de Japón.

Tal como apunta K. Tokitsu es erróneo atribuir el nacimiento del Karate a una revuelta popular contra el poder de Sho Shin, ya que las actuaciones de este rey no hicieron mas que dar estabilidad a la vida cotidiana, no teniendo una gran repercusión entre el pueblo llano.

La conexión de esta prohibición con el desarrollo de la lucha sin armas no está pues en una necesidad de autodefensa ante un supuestamente opresivo gobierno de Ryukyu, ni a una supuesta ocupación militar china que, de nuevo refiriéndome a los viejos libros, era frecuentemente citada de manera errónea, pues Okinawa tenía una relación formal de vasallaje con China desde 1372, que fue buscada por los mismos gobernantes debido a los beneficios que esta suponía para el desarrollo del comercio, la técnica y la cultura en la isla, además protegía al pequeño reino, al menos políticamente, ante otras potencias. Esta situación de estado tributario nunca supuso una ocupación militar significativa.

Parece que hay acuerdo en que entre los miembros de la nobleza y la corte de Ryukyu, se incrementó el interés por la lucha sin armas, ante la falta de ellas, intensificando su practica en secreto. En la tradición militar china, la lucha a manos desnudas estaba encaminada al aprendizaje más eficaz de las armas, por lo que es normal que estos sistemas se independizaran y se desarrollaran cuando la necesidad o la posibilidad del enfrentamiento armado fue menor, pasando del ámbito guerrero al de la defensa personal. Y decimos que esta practica se intensificó porque ya antes se realizaba entre los nobles, altos funcionarios y militares, que fueron los únicos que tuvieron acceso a los conocimientos tanto autóctonos como chinos de la lucha sin armas.

Estos conocimientos fueron adquiridos, salvo excepciones, a través de dos canales fundamentales que se mantuvieron e intensificaron en el tiempo:

El primero lo constituían los chinos establecidos desde 1392 en Kume, junto a la ciudad de Naha. Esta era una comunidad cerrada al exterior, compuesta por personas muy especializadas, que fueron enviadas desde el sur de China a Ryukyu con el objeto de elevar el nivel técnico en aspectos como la navegación, la agricultura, la administración, etc.

Dentro de ella se regían por sus propias costumbres y creencias. Solo los funcionarios del reino y la nobleza pudieron tener acceso a ella y conseguir la oportunidad de poder aprender técnicas de lucha en su seno.

El otro canal de entrada de sistemas de lucha china fue el de los funcionarios que eran enviados en misiones diplomáticas a China llegando incluso hasta la corte de Pekín y que en el dilatado tiempo de su viaje pudieron ser eventualmente instruidos.

Esta practica era conocida como bushin te o simplemente te.

Según K.Tokitsu no hay trazas, hasta la fecha de la existencia de un arte de combate particular en los siglos XV y XVI entre los campesinos, lo cual no descarta que existieran formas rudimentarias de defensa, muy alejadas de los sofisticados métodos chinos, o por parte de agricultores y pescadores se desarrollaran sistemas de autodefensa incorporando sus herramientas de trabajo (ryukyu kobudo) como apunta el maestro Higaonna.

En 1609 el clan Satsuma invade Ryukyu, la nobleza y por supuesto el pueblo llano, poseían pocas armas. Los japoneses además de un mayor y mejor equipado ejército, disponían de fusiles, lo que hizo que el castillo de Shuri fuese tomado en cuestión de un par de semanas. El clan Satsuma de Kyushu, pretendía utilizar el reino de Ryukyu como plataforma para un comercio indirecto con China, ya que este estaba prohibido por el gobierno central. Para ello tuvieron especial cuidado de mantener una sensación de que no se había producido ningún cambio político en Okinawa, manteniendo el status de reino vasallo de China, y leyes como la prohibición de la tenencia de armas, lo que respondía mas a mantener la legalidad vigente que a un peligro real de revueltas. Así pues, tras la ocupación militar del clan Satsuma, poco había cambiado la situación legal sobre las armas, pero se había anulado prácticamente el ejército real y eran mas escasas aún las armas que había en manos de los nativos.

Otras causas fueron las que propiciaron el desarrollo y difusión de la lucha sin armas. Entre ellas es destacable la perdida de privilegios de muchos estamentos de la nobleza y del funcionariado de Ryukyu, lo que hizo por un lado que los conocimientos de la lucha sin armas se convirtieran en una marca de su origen noble a pesar de tener que dedicarse a labores como la agricultura, la pesca, el artesanado o el comercio para subsistir, y que estos conocimientos pudieran empezar a difundirse entre el pueblo llano de las aldeas donde residían las familias de esta aristocracia venida a menos. Esto también dio un impulso a las “armas” del Kobudo como única posibilidad de vencer en fortuitos encuentros con los samuráis ocupantes.

Han llegado a nosotros algunos relatos teñidos de leyenda sobre combates individuales, cuyos protagonistas eran expertos luchadores nativos. Estos encuentros singulares debieron ser el caso más habitual, reforzando el carácter de defensa personal que tuvo el Karate desde sus orígenes. A pesar de que podía preparar en muchos aspectos a sus adeptos para la guerra, no nacería con una vocación guerrera.

Es una lastima que a través de un conocimiento algo mas profundo y completo de la Historia se diluyan románticas imágenes de batallas desiguales entre samuráis y expertos combatientes okinawenses luchando por su libertad, pero de esta forma podremos fundamentar de manera mas sólida la comprensión de nuestra práctica.

AAS

viernes, 11 de enero de 2013

091 NUEVE COLAS

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MITOLOGIA JAPONESA
Leyenda de las nueve bestias con cola

Se trata de 9 grandes bestias, reconocidas por el numero de colas que poseen, las cuales señalan la edad y el poder de cada bestia. Cada cola representa 100 años de vida y el nivel de fuerza. Además el numero de colas sirve también para darles nombre: Ichivi (Shukaku), una cola; Nibi (Nekomata), dos colas; Sanbi (Isonade) tres colas; Yonbi (Sokou) cuatro colas; Gobi (Houkou) cinco colas; Rokubi (Raijuu) seis colas; Shicibi (Kaku) siete colas; Hachibi (Yamata no Orochi) ocho colas; y Kyuubi (Kyuubi no youko) nueve colas; siendo la raíz de cada uno de los nombres, el numero correspondiente en japonés. Vale aclarar que Yamata no Orochi es una serpiente de ocho cabezas y no ocho colas. Se cree que entre estas bestias habian 5 dioses: Shukaku (dios del viento), Kyuubi (dios del fuego), Isonade (dios del agua), Raijuu (dios del rayo) y Kaku (dios de la tierra), que habrían sido sellados en embases sagrados.

De acuerdo a la mitología oriental, para sellar a los dioses, se utilizaron “herramientas de poder”, diferentes para cada dios, que provenían de lo que se conoce como “los ocho inmortales”, quienes les habrían transferido su energía para darles poderes capaces de dar vida o destruir el mal. Las ocho juntas reciben el nombre de “Secreto de los ocho inmortales”. Luego de ser sellados los 5 dioses fueron desparramados por diferentes puntos de Japon y ubicados en templos sagrados. La bestia que representa a los cinco elementos es Houkou, de cinco colas, cada una relacionada con una fuerza elemental: Fuego, agua, tierra, viento y rayo. Si bien los cinco dioses permanecían dormidos, su poder seguía siendo muy fuertes, lo cual genero discordia entre quienes deseaban su poder.

Luego de que la bestia Yamata no Orochi (ocho colas) consiguiera la espada Kusanagi, decidió enfrentar a las demás bestias y apoderarse de su poder. Sin muchos inconvenientes venció a Nekomata y Houkou. Luego emitió una gran cantidad de energía para poder despertar a los otros cinco bijuus de los elementos. Pero Orochi no pudo vencer al Kyuubi, el cual tomo el lugar del bijou más poderoso. Nota: Los fans de Naruto seguro habrán notado que esta leyenda conforma gran parte del trasfondo mitológico de dicha serie. El personaje de Orochimaru y toda su identidad en general proviene del bijou Yamata no Orochi. Coincide incluso el hecho de que la espada que saca de su cuerpo sea la espada Kusanagi.

martes, 8 de enero de 2013

090 TE VERDE


COCINA (Ocha –Té Verde)

Es uno de los elementos más característicos y cotidianos de la cocina japonesa, la primera referencia al té en Japón es del año 815, cuando esta bebida se le sirvió al Emperador, este té era en polvo y no es hasta en siglo XVI cuando el té en hoja comenzó a importarse desde China.

El Té en polvo era especialmente apreciado por los monjes budistas y en especial por los de la escuela Zen por su alto contenido en cafeína, por los largos periodos de tiempo que dedicaban a la meditación y que les permitía mantenerse despiertos.

La principal diferencia entre el ocha y el té que se bebe en occidente estriba en que el primero no se somete a procesos de fermentación y se sirve en hojas verdes secas.

Las regiones de Kyoto, Uji y Shizuoka son grandes productoras de té de gran calidad y aportan cantidades suficientes para atender la demanda de consumo de este producto que se toma a todas las horas del dia, ya que se dice que hay un tipo de té para cada ocasión