Artes


UKIYO-E

Esta corriente artística, especialmente bajo la forma de xilografías, apareció a mediados del periodo Edo (1600 – 1868) y experimento una gran aceptación entre las clases medias. A finales del siglo XIX las xilografías ukiyo-e tuvieron una profunda influencia sobre los pintores impresionistas europeos como Vincent van Gogh y Claude Monet. Sus personajes centrales estaban sacados a menudo de los barrios marginales y los teatros de kabuki, y los formatos iban desde xilografías de una sola hoja a ilustraciones de álbumes y libros. El ukiyo-e se extendió por todo Japón, alcanzando su forma mas característica en las estampas producidas en Edo (la actual Tokio) desde alrededor de 1680 y hasta la década de 1850. Kitagawa Utamaro concibió sus obras mas logradas utilizando el formato “okubi-e” o retratos de bustos. Las mujeres de Utamaro son a menudo sumamente voluptuosas, incluso sensuales. Katsushika Hokusai desarrollo un estilo extremadamente personal, combinando influencias chinas y occidentales con elementos propios de la tradición autóctona. Su serie de estampas de paisaje “Las treinta y seis vistas del monte Fuji”, comenzaron a aparecer hacia 1831. era asimismo un dibujante prolífico como prueba la variedad de técnicas que empleo para crear una gama asombrosa de imágenes en su famoso “Hokusai manga” en 13 volúmenes (1814 -1849). El único rival de Hokusai para los paisajes fue Ando Hiroshige, cuya serie “cincuenta y tres escenas del camino de Tokaido” le supuso la fama y un gran numero de imitadores.





Valores estéticos Japoneses
(La belleza de lo sencillo)

Los valores estéticos japoneses son muy diferentes a los occidentales y han venido desarrollándose durante centurias influyendo poco a poco al resto del mundo. Por ejemplo el ukiyo-e influyó en movimientos occidentales como por ejemplo el impresionismo o el fauvinismo. Incluso Frank Lloyd Wright (arquitecto americano) fue un gran fan del ukiyo-e. Pero no solo el ukiyo-e causa fascinación en occidente, las geishas, los jardines, la literatura, los poemas haikus, los bonsais, el manga etc. ¿Qué tienen en común? ¿Por qué gustan?

¿Se han dado cuenta que cuando lees unas páginas de un libro japonés, cuando estás un rato en un jardín japonés, cuando lees un par de haikus o cuando comes sushi de calidad sientes algo parecido?.

Hay ciertos valores que ayudan a explicar la uniformidad de la estética japonesa, aunque quizás y por intentar resumir lo que ciertamente no es resumible estas sensaciones y valores cabrían en la palabra “wa” (armonía)



KAKEMONO


Los kakemonos (掛け物絵) son pinturas tradicionales que se pueden enrollar o desplegar verticalmente para colgarlas y que en la cultura japonesa equivalen a nuestros cuadros, Se diferencian de los cuadros occidentales por estar normalmente realizadas sobre seda o papel, y en lugar de un bastidor con un marco se colocan pegados a una montura que les hace de soporte, compuesto sobre todo en los antiguos, de brocados o un conjunto de papel, casi siempre de textura textil o vegetal, sobre el que se adhiere un capa de tejido, llevando el conjunto una barrita superior para armar al colgarlo y otra más gruesa y cilíndrica inferior que le hace estirar por su peso y permite enrollar en la misma. Es de advertir que estas barras inferiores son generalmente de madera, cuando se indica hueso, marfil, cerámica, u otros materiales estos ocupan muchas veces solamente los extremos visibles.

La ventaja de estas pinturas es que se enrollan pudiendo fácilmente lo mismo coleccionarlas que exponerlas. Es costumbre antigua en Japón el tener varias en cada casa que por su facilidad de quitar, enrollar y poner se rotaban periódicamente, lo que permitía ir disfrutando alternativamente de todos los que se poseyeran. Dadas las dimensiones de las monturas de esta piezas, sobre todo en altura, en occidente (y ahora también en Japón debido a los tamaños de los pisos modernos) suelen separarse de las mismas y enmarcarlas. Sin embargo dado su fácil almacenaje y el poco espacio que ocupan enrollados hay cada vez más un activo coleccionismo de estas bellas piezas.



MAGATAMA


Es un antiguo amuleto/joya que desde la prehistoria aparece en yacimientos de Japón. Se hacen mas frecuentes en las tumbas Kofun (300 d.C.). Se cree que su forma proviene de los dientes de los animales o de un embrión. Posteriormente se ha relacionado con las dos partes integrantes del símbolo del Taiji (Ying/Yang) y ya dentro de la tradición shinto, es considerado uno de los tres objetos sagrados (espada, espejo y joya).

Representa el espíritu de los kami cuando aparece en el símbolo Tomoe. Se suele llevar como amuleto protector y de buena fortuna. Si se lleva colgado a la altura del centro del esternón  tiene efectos beneficiosos para la salud.

Es un amuleto utilizado también en rituales autóctonos religiosos en Okinawa. Su forma puede también adivinarse en otros símbolos como el kenkon.




Ukiyo-e
Las pinturas del mundo flotante

El arte del ukiyo-e ("pinturas del mundo flotante"), se originó en la cultura metropolitana de Edo (actual Tokio) durante el período Edo de la historia de Japón entre los siglos XVI y XIX, cuando el poder político y militar estaba en manos de los shogunes, y el país se aisló para el resto del mundo.

Es un arte estrechamente relacionado con los placeres de teatros, restaurantes, casas de té, geishas y cortesanas de la ciudad. Muchos ukiyo-e grabados de artistas como Utamaro y Sharaku fueron realizados para carteles, actuaciones de teatro y publicidad, usados en prostíbulos, su tematica incluia retratos de ídolos como actores populares y bellas mujeres en hermosas casas de té.

Pero este mundo más o menos sofisticadas de los placeres urbanos también fue animado por el amor tradicional japonés a la naturaleza y del ukiyo-e artistas como Hokusai y Hiroshige han tenido un impacto enorme en la pintura de paisaje en todo el mundo.

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